Se encuentra entre los ríos Pánuco, al norte, y Tuxpan, al sur, con los que se comunica a través de canales, en el litoral del Golfo de México, en el estado de Veracruz.
Más allá del Cabo Rojo se localiza otra isla que, por estar más alejada, no puede visitarse en un solo día, pues simplemente llegar hasta ella significa más de un día de expedición, contando con una suficiente dotación de víveres.
Una vez ahí, la Isla Lobos es un magnífico lugar para practicar el buceo, ya que forma parte de una cadena de arrecifes coralinos.
Para llegar a Tamiahua, desde Tuxpan hay que ir costeando 170 kilómetros por la carretera número 127 hasta entroncar con un camino angosto, de 40 kilómetros aproximadamente, para encontrar la playa y la laguna de Tamiahua y su población pesquera, a orillas de la inmensa laguna, formada a barras, esteros y canales.
Para continuar con el municipio de Tamiahua baste decir que forma parte de la región Huasteca Alta y está catalogado como un lugar semi urbano, ya que se resiste a desaparecer como un auténtico pueblo de pescadores, abrazado por la mancha urbana e industrial de Tuxpan y por sus actividades comerciales.
Tamiahua es modesto, por lo que su sistema de alojamiento es sencillo, sin embargo existe gran diversidad de restaurantes. Del embarcadero del pueblo salen los recorridos en lancha que conducen a los visitantes por las barras y esteros cercanos, como la Barra de Corazones que lleva hacia el mar, o bien hacia las islas de La Pajarera, El Ídolo o El Toro, a la cual solo se puede entrar con un permiso expedido por la Marina local.
Es el sitio ideal para unas vacaciones diferentes, cambiando el bullicio de la ciudad por el de las gaviotas; el tráfico citadino por el de unas cuantas embarcaciones y el smog por un cielo azul que se funde con el mar y apenas es pintado por unas nubes pasajeras.
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